Visitar Cusco, una ciudad ubicada a 3,399 metros (11,152 pies) sobre el nivel del mar, puede ser desafiante para quienes no están acostumbrados a la altura. Sin embargo, con las estrategias de aclimatación adecuadas, puedes minimizar los efectos del mal de altura, conocido localmente como soroche, y aprovechar al máximo tu viaje a Cusco, Machu Picchu, el Camino Inca, la Montaña Salkantay, la Montaña de los Siete Colores, la Laguna Humantay y otros destinos de gran altitud. A continuación, te damos algunos consejos esenciales para ayudarte a adaptarte.
El mal de altura ocurre cuando tu cuerpo lucha por adaptarse a los niveles más bajos de oxígeno a gran altitud. Los síntomas comunes incluyen:
Estos síntomas generalmente aparecen en las primeras horas de llegada y pueden durar hasta 48 horas. En algunos casos, pueden agravarse si no se controlan adecuadamente.
Un turista compartió su experiencia: “Al llegar a Cusco, no sentí nada inusual. Pensé que estar físicamente activo me protegería de los efectos de la altitud. Pero cuando comencé a cargar mi equipaje por las escaleras hasta mi habitación, me sentí sin aliento al llegar al primer piso. Ahí me di cuenta de lo rápido que puede afectarte la altura”.
Al llegar a Cusco, resiste la tentación de explorar cada rincón de la ciudad de inmediato. El mejor consejo es descansar y permitir que tu cuerpo se adapte. Pasea despacio, disfruta de una visita relajada a un café o explora los museos a tu propio ritmo. Evita actividades extenuantes el primer día.
Como mencionó un viajero: “No sentí los efectos de la altitud de inmediato, pero después de una breve caminata y cargar mi equipaje, me di cuenta de que incluso tareas simples podían ser agotadoras a gran altura. Tomarme las cosas con calma el primer día me ayudó a recuperarme”.
La hidratación es crucial para aclimatarse a la altura. El aire fino en altitudes elevadas puede llevar a la deshidratación más rápido que al nivel del mar, así que asegúrate de beber suficiente agua durante el día. Evita el alcohol y las bebidas con cafeína, especialmente en las primeras 48 horas, ya que pueden contribuir a la deshidratación y empeorar los síntomas.
“Yo no tenía síntomas graves, pero me aseguré de beber mucha agua y evitar el alcohol, lo que ayudó”, compartió un turista.
Las comidas pesadas pueden poner más presión en tu sistema digestivo, empeorando los síntomas del mal de altura. Opta por comidas ligeras y de fácil digestión, como sopas, frutas y vegetales, especialmente durante tus primeros días en Cusco. Esto ayudará a tu cuerpo a conservar energía mientras se aclimata.
Un remedio local conocido para el mal de altura son las hojas de coca. Muchos viajeros encuentran alivio al masticar hojas de coca o al beber té de coca. Estas hojas se han usado durante siglos en los Andes para reducir los efectos de la altitud. Son fácilmente accesibles en Cusco y suelen ofrecerse de manera gratuita en los hoteles.
Algunos viajeros encuentran este remedio muy útil. “Aunque yo no sentí la necesidad de usarlas, mis amigos que experimentaron síntomas más fuertes notaron una diferencia al masticar hojas de coca,” comentó un turista.
Además de los remedios naturales, existen opciones farmacéuticas como las Sorojchi Pills (disponibles en el aeropuerto y en ciudades de Perú), que se pueden tomar antes de llegar a grandes altitudes para prevenir los síntomas. Ayudan acelerando el proceso de aclimatación y reduciendo los síntomas del mal de altura. Consulta a tu médico antes de viajar para saber si este medicamento es adecuado para ti.
En altitudes elevadas, es esencial controlar tu respiración, especialmente durante el esfuerzo físico. Realiza respiraciones profundas y lentas, y enfócate en mantener un ritmo cardíaco constante. Esto puede ayudar a mantener los niveles de oxígeno y prevenir mareos o falta de aire.
Si te quedas sin aliento después de subir escaleras o caminar cuesta arriba, detente para recuperar el aliento y tómate un descanso antes de continuar. Un viajero mencionó: “Cuando empecé a sentir falta de aire después de caminar una corta distancia, aprendí a bajar el ritmo y respirar profundamente, lo que realmente ayudó”.
Aunque la belleza de Cusco podría tentarte a comenzar a explorar o hacer senderismo de inmediato, la actividad física intensa debe evitarse al menos durante las primeras 24–48 horas. En su lugar, aprovecha este tiempo para relajarte, dar paseos cortos y adaptarte a la altura.
En algunos casos, el mal de altura puede volverse más severo. Si experimentas dolores de cabeza intensos, dificultad para respirar persistente o fatiga extrema, actúa de inmediato:
Después de unos días, tu cuerpo comenzará a adaptarse a la altura y deberías notar una disminución de los síntomas. Si estás planeando una actividad como el Camino Inca, que alcanza alturas de más de 4,000 metros (13,123 pies), asegúrate de pasar algunos días en Cusco antes.
Un viajero compartió su experiencia: “Después de dos o tres días, ya no me cansaba tan fácilmente e incluso jugué fútbol con el personal del hotel. Cuatro días después, estaba listo para el Camino Inca, y aunque fue desafiante, mi cuerpo se había adaptado lo suficiente como para manejar la caminata sin problemas mayores”.
El mal de altura puede afectar a cualquiera, sin importar su nivel de condición física o edad. La mejor estrategia es escuchar a tu cuerpo, tomarte las cosas con calma y usar los remedios disponibles. Ya sea tomando té de coca, manteniéndote hidratado o usando medicamentos, estas estrategias te asegurarán que tu tiempo en Cusco sea memorable por las razones correctas. Después de unos días, la mayoría de los viajeros encuentran que sus síntomas disminuyen y están listos para explorar todo lo que Cusco y sus alrededores tienen para ofrecer.
Como bien dijo un visitante, “Se trata de ver cómo reacciona tu cuerpo cuando llegas aquí. Date tiempo para adaptarte, y estarás listo para enfrentar las alturas de Cusco y más allá”.
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